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Hacia una Argentina sin discriminacion informe de gestion del INADI septiembre2008/agosto 2009

En el lanzamiento del libro de gestión del INADI, esta la participación de uno de los integrantes del Centro Cultural Autóctono Wayna Marka acá presentamos la nota escrita por nuestro hermano.

Wayra Aru Blanco Ramos

Luriri Aymara de la provincia Camacho, del pueblo de Puerto Acosta (La Paz, Bolivia)



El problema de las discriminaciones sociales y sus constantes variaciones está latente y presente y es, a la vez, transversal. Una de las discriminaciones es la que se produce hacia los y las migrantes, teniendo en cuenta que se dice que a Argentina la formaron migrantes, quienes creen tener una vasta experiencia sobre este tema.

Ahora los y las migrantes resultan para muchos de la sociedad un problema que hay que combatir, más aún cuando estas últimas migraciones son de países tanto sudamericanos como de algunos países de Europa, en sí de todo el mundo, en algunos casos emergentes de los procesos políticos, económicos y bélicos que se producen en sus regiones. Muchos de estos migrantes piden pasar a carácter de refugiados y en la mayoría de los casos son denegados por no cumplir los requisitos necesarios. La pregunta que surge es en qué se diferencian las migraciones anteriores a las actuales, o qué entendemos por migrante. El intercambio está, estuvo y estará presente siempre.

En el ir y venir de los procesos discriminatorios, al buscar chivos expiatorios a procesos económicos impuestos o frente a ineptitudes de algunos gobiernos lo que ocurre es que se van cambiando y poniendo rótulos a los supuestos migrantes, frases en matutinos o revistas de corte sensacionalista, títulos tales como la invasión silenciosa, estigmatizando así a un masivo colectivo, migrante y productivo, tratando de manipular la opinión social, indicando que vienen a quitar el trabajo, justamente a las antiguas migraciones europeas que hoy conforman la Argentina migrante, que a su vez se fundó sobre Naciones Originarias, quitando territorio, lugares de cosecha, vida de respeto con el medio ambiente, que en la actualidad el Estado reconoce. Lamentablemente son muchas palabras y pocos los hechos

Las supuestas migraciones son tanto internas como limítrofes, hacia las ciudades. En mi caso soy migrante, porque es la etiqueta que me colocan las leyes vigentes, pero soy parte de una Nación Originaria como es el Aymara, que la gran mayoría lo relaciona como habitante que solo es del Estado plurinacional y multiétnico de Bolivia, sabiendo que en la cosmovisión de las Naciones Originarias el estatus de migrante no existe. Sí existe el estatus del respeto, el intercambio de saberes propios de las regiones donde habitan. No existen las líneas divisorias que los Estados imponen, yo Aymara al lado de un Mapuche, Wichi, Qom, Querandíes, Quechua, Maya, Azteca, Siux, y todo habitante de esta Pachamama, soy un igual.

Las relaciones institucionales deben ser aun más, y más participativas. En el esfuerzo diario del INADI se reconoce esta postura que a su vez busca el intercambio colectivo, significativo en las propuestas. Aprender en comunidad hoy debe ser una prioridad.